La ruptura del legado
Ni caudillos ni herederos. Si algo tiene de atrapante los últimos años del ciclo Ziliotto, es el adiós al dedo compañero, aquel que bendecía por sobre todo y todos. El gobernador abre el juego de su sucesión, algo inédito en un PJ pampeano con costumbres de monarquías.


A la derecha, un joven Sergio Ziliotto. A la izquierda, el histórico Carlos Verna. Los unió la fortaleza de un modelo político de poder concentrado, con el fundador de La Plural al frente de la provincia y con el aparato peronista ensillado para su único uso. Es cierto que existían aún popes del peronismo como otro histórico, Rubén Marín, quien supo trazar su liderazgo en los '80 y luego impuso su hegemonía en los '90, siendo un valor fundamental para Carlos Menem en su estadía en Casa Rosada para alinear gobernadores del interior. Pero, como paradójico a ese modelo de acumulación del poder que hasta parece impropio del peronismo, Ziliotto abre el juego y pone a disposición de todo el arco político el terreno de juego. Leé "La ruptura del legado", una descripción de como el peronismo se juega todo a la reconstrucción desde el territorio y el dinamitado de un modelo que agotó.
Cuando asume el 10 de diciembre de 2019, los incrédulos creían que Ziliotto sería Verna. O más bien, Verna sería Ziliotto. La realidad fue dando muestras de que no sería así. Verna arremetió en diversas ocasiones contra el poder de Ziliotto, cuestionó funcionarios y muchos de los dirigentes del riñón vernista, hoy se constituyen en el núcleo sólido del actual gobernador. Le robó los players, como quien diría. De hecho, en su última gran cruzada, Verna se topó con un pluralista de la nueva era: Pedehontaá cuestionó su 'burla' a Kicillof por perder la inversión más grande de YPF en una pulseada vs. Rio Negro, por supuesto, con impulso de Nación. Fueron nulas las veces en que los pluralistas disidentes rompieron en público con el exgobernador y presidente del PJ. Desde luego, no será la última.
La nueva era
Ziliotto fue contundente: abre la cancha. El gobernador pregona puertas adentro su intención de que el PJ nuclee figuras de peso, vuelva a la rosca, se acerque a la militancia y se gane en la cancha. El armado de intendentes es muestra casi automática de ello. El gobernador lo dejó en claro: "el próximo candidato sale de la gestión", auguró en el congreso partidario.
De este modo, Ziliotto impone un nuevo capítulo en la era del PJ. Acostumbrado al dedo, el gobernador rompe con un legado que provenía desde los más antiguos tiempos. De hecho, el gobernador llega al poder bajo esa premisa, ser el candidato de Verna.
El juego del poder
Las lenguas que hablan se animan a ir más allá. El gobernador abre el juego sabiendo que tiene con qué competir, y claro, también sabe contra quien irá. La Plural se disputa mucho más que la próxima gobernación, sino que allana el terreno para una batalla de liderazgos. El actual gobernador abre la cancha para arrimar las bochas, y allí asoma la ultravernista Fernanda Alonso para tirar una ficha en el 2027. Ministra, dos gestiones en General Pico y un fuerte acercamiento a Luciano di Nápoli, son algunas de las cartas de la piquense en su CV para plantarse de cara al '27.
Al margen de los deseos personales, varias encuestas han llegado al despacho del gobernador donde se muestra que su imagen es la única sólida en el territorio, lo cual constituye una necesidad de mostrar candidatos con urgencia. "Nadie tiene prohibido hacer política", esbozan desde Casa de Gobierno. De hecho, desde la gobernación entienden que mientras más cuadros jueguen, mejor será para crecer en el territorio y crear figuras en cada punto de la provincia con fines de cosechar los votos necesitados para extender la hegemonía justicialista en La Pampa.
A sabiendas de que la próxima boleta no tendrá a Ziliotto al frente para captar el voto arrastre, los intendentes empiezan a mostrarse. El gobernador apela a acompañar quien sepa quedarse con la candidatura final, habiendo o no internas previamente. Tiene su candidato, pero no jugará a inclinar la balanza, no al menos públicamente.