Divorcio entre el dólar y el riesgo país: La encrucijada económica de Argentina
El divorcio entre el riesgo país y el dólar refleja profundas tensiones económicas en Argentina. Mientras el tipo de cambio MEP baja a $1.265 debido a la intervención del BCRA y ventas corporativas, el riesgo país permanece elevado en 1.560 puntos. Los desequilibrios significativos plantea dudas sobre la sostenibilidad de las políticas económicas actuales.


Argentina se encuentra en una encrucijada económica donde el divorcio entre el riesgo país y el dólar revela una realidad inquietante. Mientras el riesgo país se mantiene en un elevado nivel de 1.560 puntos, el tipo de cambio MEP, una referencia clave para el valor del dólar en el mercado local, ha cedido 10 pesos, ubicándose en $1.265. Este aparente respiro para el peso argentino parece contradecir la persistencia de un riesgo país elevado, sugiriendo que la economía enfrenta desequilibrios profundos.
¿Un "súper peso" en la encrucijada?
La reciente caída en el valor del dólar en el mercado MEP ha sido impulsada por una combinación de factores, incluyendo una significativa venta de dólares por parte de corporativos y la intervención del Banco Central de la República Argentina (BCRA) en el mercado de contado con liquidación (CCL). Según Nicolás Cappella, Sales Trader de Invertir en Bolsa (IEB), la venta masiva de dólares durante la jornada y la intervención oficial lograron reducir el tipo de cambio MEP a un mínimo de $1.265, aunque la actividad en el mercado de bonos aún muestra un volumen operado que no alcanza las cifras de las primeras intervenciones.
Este "renacer" del peso, sin embargo, no se refleja en una mayor demanda de bonos en la misma magnitud, lo que plantea una cuestión crítica: ¿están los bonos subvaluados en comparación con el tipo de cambio actual? La percepción es que tanto los bonos como el dólar están "baratos", lo que puede indicar una distorsión en el mercado o una falta de confianza en la sostenibilidad de las políticas económicas actuales.
El desafío de la intervención
El informe de Eco Go, liderado por Marina Dal Poggetto, pone de manifiesto que el gobierno ha destinado una suma considerable para intervenir en la brecha cambiaria. Con US$ 12.400 millones invertidos hasta la fecha, superando los montos utilizados por sus predecesores, la intervención busca controlar la brecha cambiaria a través de mecanismos como el dólar blend. A pesar de estos esfuerzos, la dependencia del cepo cambiario persiste, y la presión sobre la brecha reaparece, amenazando los avances en la desinflación y la estabilidad económica.
El gobierno, en su intento por mantener el control, está avanzando en operaciones de recompra (repo) con bancos para mostrar capacidad de pago y frenar la subida del riesgo país. Sin embargo, la mirada de largo plazo se dirige hacia posibles desbloqueos de inversiones del RIGI (Regímenes de Inversión General) y la esperanza de un cambio en el panorama internacional, como un posible triunfo de Donald Trump en las próximas elecciones estadounidenses.
Desafíos estructurales y políticas a futuro
El debate se intensifica cuando se considera la perspectiva de Martín Tetaz, diputado y economista, quien advierte que la Argentina enfrenta vencimientos por US$ 12.000 millones con privados en 2025, sin contar con las letras del Tesoro con los bancos. Tetaz sostiene que es imperativo reducir el riesgo país a 1.000 puntos antes de fin de año para evitar un default o una reestructuración. Además, destaca que la competitividad cambiaria con Brasil es ahora un 20% menor que en 2016/2017, cuando el país ya enfrentaba un déficit considerable con su vecino.
Tetaz argumenta que el tipo de cambio actual es insostenible sin un aumento significativo de inversiones externas y que la recuperación económica podría llevar a un repunte en las importaciones y una mayor presión sobre las reservas, que no crecen desde abril. Aunque el gobierno ha logrado desviar parte de la atención pública con escándalos políticos y judiciales, el tiempo apremia y se requieren respuestas concretas.
La discordancia entre la caída del tipo de cambio MEP y la persistencia de un alto riesgo país refleja las tensiones inherentes en la economía argentina. La intervención del gobierno ha proporcionado un alivio temporal, pero las medidas a corto plazo no abordan los problemas estructurales subyacentes. La necesidad de una estrategia económica coherente y sostenible es más urgente que nunca. Sin reformas profundas y un enfoque integrado que considere tanto el control del dólar como el riesgo país, Argentina seguirá navegando en un mar de incertidumbre económica.